viernes, 12 de noviembre de 2010

Al Alcázar con la logia y los murciélagos


| Actualizado 12.11.2010 - 05:03
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De izquierda a derecha, Rosa Sanmartín, Daniel Pineda Novo y Manuel Álvarez Machado.
PRETENDEN declarar el flamenco patrimonio de la humanidad y a la presentación de un libro sobre el padre de Demófilo, padre del folclore andaluz, pionero de los estudios del flamenco, sólo acudieron 13 personas. El acto tuvo lugar en el Real Alcázar, el escenario que Antonio Machado y Núñez, padre de Demófilo, abuelo de los poetas, visitó en su doble condición de masón y de investigador de la colonia de murciélagos que allí anidaban.

Antonio Machado y Núñez. Naturalista y político (1815-1895) lo publica Daniel Pineda Novo en la editorial valenciana Alupa. Rosa Sanmartín, la editora, anunció próximos proyectos machadianos: una biografía de Leonor Izquierdo, la mujer de Antonio Machado, hija de guardia civil como Josefina Manresa, la esposa de Miguel Hernández, y un inédito teatral de los hermanos Machado, Adriana Lecouvreur, una joya encontrada en el fondo de 3.000 manuscritos que dedicaron a una actriz francesa de teatro amante de Voltaire.

El libro sobre el abuelo de los Machado contó con la presencia de un nieto de los Machado. Este abogado madrileño es el guía de un florido árbol genealógico. Su madre, Leonor Machado, nació en la cárcel de Toledo de la que era director Francisco Machado, abuelo de este portavoz de la familia, pequeño de los cinco varones de Demófilo. Antonio Machado, poeta nacido en un palacio de Sevilla, fue el padrino de su madre.

Una hija y una nieta de este Machado del siglo XXI se llaman Leonor, como su madre y como la mujer del poeta. "Mi mujer, que no es Machado, se llama Leonor".

Las inquietudes intelectuales de Antonio Machado y Núñez tenían que dejar secuelas en su estirpe. Gaditano de cuna, fue médico en Vitoria en la primera guerra carlista, catedrático en Santiago de Compostela -donde nace Demófilo-, rector de la Universidad de Sevilla y alcalde de la ciudad. Pionero de los estudios del lince ibérico. Se formó en la Sorbona, estudió la flora y la fauna de Guatemala, introdujo las ideas de Darwin en España, para soponcio de su detractor el reverendo y teólogo Mateos Gago. "Si no llega a ser por el poeta Antonio Machado", dijo el tataranieto del biografiado, "esta familia habría sido olvidada. No fue una familia grata en sus ideas".

El abuelo de este Machado pasó como funcionario de prisiones o director por las cárceles de El Puerto de Santa María, Cartagena, León, Toledo, Alicante. Dirigió la cárcel de mujeres de Madrid que inauguró Victoria Kent en 1934 y en la que cumplió presidio tras la revolución de Asturias Dolores Ibárruri. Pero el director de la cárcel compartía la inclinación poética de sus hermanos. Publicó el libro de poemas Leyendas Toledanas, de obediencia rubeniana, según Pineda Novo. Escribió guiones de cine y fue amigo de Machín.

Hay Machados en Chile y en Praga. A Chile se fueron los hermanos pequeños de los poetas, José y Joaquín. En Praga vive Antonio, hijo de Eulalia y nieto de José Machado. "Era el único que sabía ruso y checo en la embajada. En Cuba fue amigo del Che Guevara". Manuel Álvarez Machado reivindica también el protagonismo de la familia política de Machado y Núñez.

El médico y filósofo se casó con Cipriana Álvarez Durán, que hacía como pintora los dibujos para las publicaciones científicas de su marido y los trabajos folclóricos de su hijo. Emparentada con próceres que gobernaron en Manila, escribieron novelas -Francisco Álvarez Durán escribió la publicada La mano negra de Sevilla-, inspiraron la desamortización de Mendizábal y uno de ellos tiene estatua en Zafra. La pena de Machado y Núñez fue sobrevivir a su hijo, que enfermó en Puerto Rico y gracias a un cuñado que trabajaba para una naviera gaditana pudo morir en brazos de su esposa en Triana.

En el acto intervinieron Antonio Rodríguez Galindo, alcaide del Alcázar, y Enrique Baltanás, por la Fundación Machado.

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