lunes, 24 de enero de 2011

Las nuevas uvas de la ira


CARLOS REYES
Hoy a las 23.30 Teledoce se juega una carta fuerte con "Herederos de una venganza", una telenovela de Pol-Ka que viene cosechando muchos elogios. Protagonizada por Luciano Castro y Romina Gaetani, irá de lunes a viernes a las 23.30 horas.
Ha sido definido como un efectivo culebrón con ribetes místicos, receta cada vez más en boga, aunque en realidad es mucho más que eso. Con libro de Leandro Calderone, esta novela tiene algo del folletín de aventuras (al estilo de Padre Coraje), y otro poco de teleteatro de hacienda al estilo colombiano, con una muy fuerte apuesta de producción en exteriores y una cuidada puesta en escena, que se afirma en la fotografía de Martín Sapia y Alejandro del Campo.
El centro de las acciones ocurren en Vidisterra, un pueblo chico que esconde (como dice el dicho) un infierno grande, que ya va a asomar hoy, en el primer capítulo de la tira. Un dato poco difundido es que esas imágenes fueron rodadas durante diciembre último en un viñedo de la zona de La Bagliardi, en Berisso, aunque la producción también recreó viñedos artificiales en los Estudios Baires de Don Torcuato, donde se sigue rodando actualmente.
Entre racimos y vinos, en esos parajes de ficción se desatará un infierno que (por una vez) no tiene tanto que ver con la lucha de clases, dado que los viñedos son la única fuente de trabajo en el lugar, controlados con mano de hierro por la empresaria Regina Piave y el intendente Capogreco. Esos dos personajes han sido asignados a Leonor Benedetto y Rodolfo Ranni, quienes ya han cosechado calurosos elogios por sus respectivos desempeños, apoyados también por tener los más jugosos diálogos del guión.
Es verdad que hay un mínimo intento de presentar la tragedia de los trabajadores golondrina en la figura de Lucas (el ascendente Marco Antonio Caponi), quien intenta vanamente protestar contra un sistema prácticamente feudal. Pero en realidad, más que a una crítica social, el producto apuesta a un arrebato místico, dado que se percibe en el aire la amenaza de la llegada del Apocalipsis.
En una fórmula que se viene tornando de rigor (y que remite al ciclo anterior de su guionista, Casi ángeles) la profecía que enmarca la tira sirve también como sinopsis de una historia hecha en buena medida de arquetipos. El pueblo sólo se salvará con la llegada de un forastero, Antonio, el ingeniero agrónomo que interpreta Luciano Castro. Aunque también pesará el sacrificio de una mujer pura, Mercedes, la hermana asesina de Lucas, que compone Gaetani.
Pero la gran logia secreta que integran los pares del pueblo -liderada por un siempre más que correcto Alfredo Alcón- asesina a la flamante esposa de Antonio en plena fiesta. Ella no era el objetivo, en absoluto: solamente un disparador. Su muerte ancla a Antonio en el pueblo en busca de venganza y lo acerca a la mujer con la que comparte destino, y a quien le achacan el homicidio.
"El gran día está cerca, y cuando llegue la noche de ese día... la sangre dará vida al vino y el vino se convertirá en sangre. El final de los tiempos se aproxima, una nueva era comienza... donde todo aquello que conocemos como lo conocemos desaparecerá ante nuestros ojos". Son las palabras de Alcón, como El Gran Maestre de esa logia, que abrieron la partida en el episodio inaugural.
Según la profecía de esta logia, el fin del mundo está cerca y Vidisterra podría ser el pueblo elegido para sobrevivir a la catástrofe, si a su tierra se le ofrece en sacrificio la sangre de una muchacha virgen. Sin embargo, ya se ha hecho notar que esta logia es precisamente un elemento que Pol-ka ya incluyó en Padre Coraje, mientras otras dos protagonistas, Marcela Kloosterboer y Betiana Blum, repiten características de los personajes que interpretaron en Valientes. Fiel a las leyes del mercado, la gran productora porteña repite algo de los éxitos de sus producciones anteriores.
Sea como fuere, entre logias, fiestas y el anuncio del fin del mundo, los hechos se precipitan a buen ritmo, en una historia llena de idas y vueltas que suceden velozmente, entre más de una docena de personajes de gran peso en la trama, que la van llenando de ramificaciones. En este mar de conflictos es que entra en juego Marcela Kloosterboer, quien se llevó la peor parte, como la chica rica pero justa a la que amigos de lo ajeno le roban la ropa cuando se baña en el río.
La tira continúa abriendo frentes en las entregas iniciales, sin dejar demasiado en claro cuál será el eje de una historia que suma misterio, dramas familiares, asesinatos, desempleo, sacrificios, delirios de poder, amores a primera vista y enfrentamientos sociales. Otro papel que multiplica las vueltas del argumento es el que tomó a cargo Betiana Blum, quien es la madre trabajadora de la heroína pobre (Gaetani, obviamente), que apenas llega al pueblo -luego de haber pasado ocho años en la cárcel por el crimen de su marido, que supuestamente no cometió-, deberá enfrentar otra pesadilla: se encontrará con el cadáver de la novia recién casada de Antonio y todos creerán que fue ella.
Así, Kloosterboer es la rica heredera. Castro cumple con un papel hecho a su medida (y a la medida del público femenino), mientras Ranni vuelve a hacer del malo de la película. Cada uno en su lugar, está todo pronto para un nuevo éxito televisivo, que sin duda despertará muchos comentarios, discusiones y quizá hasta alguna polémica.
Misterio: Los toques místicos caracterizan a esta nueva ficción televisiva de Pol-ka.
Apuesta: Pueblo chico con terratenientes de mucho poder, parece ser la receta infalible.

Cada generación encontrará a sus galanes

"Me da vergüenza hablar de mi participación, porque es muy pequeña", adelantó a la prensa Alfredo Alcón, cuando todas las miradas se centraron en él, buscando una reflexión sobre la nueva tira de Pol-ka. Pero por algo se lució tanto cuando tuvo que hacer de Rey Lear, o sin irse a los clásicos, cuando hizo de De la Serna, aquel inquisidor español al que dio vida en Por el nombre de Dios, la miniserie que Pol-ka realizó en 1999. No había que ser un lince para darse cuenta que Alcón se iba a manejar sobradamente bien en el papel de líder de una logia, aunque quizá más difícil fue que el eximio actor se sumara al proyecto.
Kloosterboer, por su parte, hará el papel de Emilia, hija del personaje que encarna Leonor Benedetto, quien es la dueña de una de las dos bodegas más importantes de Vidisterra, aunque cuando la chica llega de Europa se entera que su madre fusionó su empresa con la de Rodolfo Ranni. Obviamente que la joven no perderá el tiempo y protagonizará más de una historia de amor, aunque como ella adelantó, "esta historia tiene muchas cosas que la sacan de la historia de amor clásica, como el tema de la logia, el tema del fin del mundo, y que se desarrolle en un pueblo pequeño le da una mística. Además del amor, hay mucho misterio. Personalmente, me interesó mucho el tema de las logias, de las que me empecé a enterar más a partir de este proyecto", afirma la actriz.
Otro de los rostros bonitos de la tira es Victorio D´Alessandro, un galán que busca seguir el camino que viene andando desde Casi ángeles. "Estoy contento de poder darle vida a otro personaje, porque es un desafío y uno va aprendiendo. Es lindo transitar escenas que nunca había hecho, se siente mucha adrenalina y sirven para mejorar", manifestó el intérprete en los primeros pasos del rodaje. El actor, y la tira, se están midiendo con El elegido, y con su protagonista, Pablo Echarri.
"Me incentiva tener un gran rival en la vereda de enfrente. Lo más lindo, cuando hay dos programas buenos, es que se genera esa competencia sana, pero competencia al fin. Además, está bueno tener un rival fuerte para mejorar, día a día, el programa que estamos haciendo. Vivo todo esto con mucha expectativa, con muchas ganas y nerviosismo, pero también con mucha alegría", sostuvo D´Alessandro.
El País Digital

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