La última teoría conspirativa
Esta vez todo gira entorno a los masones y el número 33.
La teoría conspirativa se divulgó a través de Internet y cada vez cobra más fuerza entre la red de redes.
El mensaje original señalaba que "el secuestro y enterramiento de los 33 mineros chilenos responde a un minucioso ritual numerológico llevado a cabo por los amos del mundo (los masones) basado en la cábala y numerología que ellos manejan y consideran sagrada en sus rituales sectarios".
Según el mensaje original el rescate no fue otra cosa que un ritual cabalístico.
Los Masones de Grado 32, para ascender al último y mayor Grado, el 33, tienen que realizar un Gran Ritual llamado "El Asesinato del Rey". Este ritual consiste en la simbólica muerte del Masón o Rey (simbolizado con el número 33), y su renacimiento en un nivel superior, alcanzando la llamada iluminación. Como el Ave Fénix, el Masón muere y renace. Y los masones consideran que cuantos más testigos tenga el ritual, más poderoso será el mismo.
Según esta teoría "durante la Segunda Guerra Mundial, el Presidente de EE.UU Harry Truman, era un Masón de Grado 32. Y luego de terminada la Guerra fue ascendido al Grado 33. El ritual del "Asesinato del Rey" que realizó para lograr su ascenso fue el lanzamiento de la Bomba Atómica sobre Hiroshima. Esta ciudad fue elegida por hallarse en el paralelo 33. Y la Bomba fue lanzada a la medianoche, aproximadamente a las 0 horas GMT, justo entre los días 5/8/1945 (5+8+1+9+4+5=32) y 6/8/1945 (6+8+1+9+4+5=33), es decir, la fecha representa el paso del 32 al 33". El derrumbe en la mina ocurrió el 5 de agosto, la misma fecha en que EEUU lanzó su Bomba Atómica sobre Hiroshima (en Japón ya era 6/8, pero en EEUU aún era 5/8). Y si en su ritual los masones necesitan testigos para darle poder al mismo, hoy tendrán a todo el planeta viéndolo por Televisión.
Pero viendo el caso actual de los mineros chilenos, pueden verse varias coincidencias con ese ritual masónico llamado "El Asesinato del Rey". Por empezar, los mineros son casualmente 33. La cápsula en la que los Mineros saldrán fue llamada Fénix. El rescate se hizo a la medianoche entre los días 12/10/10 (12+10+10=32) y el 13/10/10 (13+10+10=33).
Como se recuerda el rescate se inició minutos antes de las 12 de la noche y el presidente Piñera destacó en el discurso tras ascender el primer rescatado que esta proeza de rescatar a 33 personas se realizaba cuando el día, mes y año, sumaba 33. Esto llamó la atención de varias personas, o sea porque un presidente hacía este tipo de reconocimiento.
Un diario chileno estudió el fenómeno y citaba las coincidencias del 33. O sea 33 mineros, 33 días de perforación para llegar a ellos, 33 caracteres en la primer nota que llegó a la superficie, incluidos los espacios, 33 ºC en la mina y 33 cm tenía de radio la galería de rescate.
El número 33 para los masones tiene su explicación.
Todo esto podría parecer solamente una coincidencia cósmica, pero resulta que el grado máximo de la masonería es el 33, grado que supuestamente distingue a los Iluminati de los masones comunes y corrientes. Las cápsulas usadas para rescatar a los mineros, en una rara intervención de la NASA, la primera en un caso así, llevan el nombre de Fénix, el ave que renace de las cenizas y que simboliza el nuevo sol y su ascenso de las tinieblas a la luz "Ex tenebris lux", parte de la religión de los misterios egipcios, cara a la masonería.
Los antecedentes de 33 hombres y los masones que estarán más ligados a Uruguay corresponde a los 33 Orientales, los hombres que vinieron desde el otro lado del Río a liberar a la patria.
La incógnita de los defensores de la teoría de los masones y los 33 mineros, es quien fue que ascendió al máximo grado y quien precisaba 1.000 millones de personas que vieran por la TV su ascenso
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