Este colectivo desapareció en julio de 1936 y ha resurgido en julio de 2010 con el objetivo de ayudar a los necesitados
Un grupo de personas ha decidido resurgir la logia masónica Trafalgar de Algeciras, que llegó a aglutinar a más de 100 miembros en décadas anteriores y que se convirtió en un referente en la zona. Nueve son los individuos que componen este grupo ahora, aunque su idea es la de crecer.
La idea surgió de varios masones que se conocían y se embarcaron en este proyecto, que se hizo oficial el 15 de julio cuando se constituyó. A los actos de su recuperación e instalación acudieron miembros de todas las logias de Andalucía, representantes de las españolas y de Gibraltar.
Su maquinaria ya ha arrancado y pretende darse a conocer en el municipio, aunque con discreción. Sus miembros celebran reuniones cada mes y los objetivos que se han marcado es ayudar a los necesitados y la perfeccionamiento de cada uno. Para este renacimiento han rescatado la personalidad del sello anterior.
La logia Trafalgar informa que en julio de 1936 era la única que había en Algeciras. Fue en esta fecha cuando se produjo su cierre y la posterior represión a sus miembros en forma de exilio, cárcel o muerte.
La masonería tuvo su máximo desarrollo en la comarca a finales del siglo XIX con la aparición de numerosas logias. En el siglo XX, sobre todo a partir de la segunda década y hasta el comienzo de la guerra civil, se multiplicaron. Por ejemplo en La Línea llegaron a registrarse 14, en las que confraternizaban ingleses, carabineros, intelectuales y obreros. Los estrechos vínculos de los hermanos de La Línea y San Roque con la masonería británica era lógica por la cantidad de vecinos que trabajaban al otro lado de la verja.
En el siglo XIX existían en Algeciras logias como Trafalgar, Algeciras, Carvajal, Guzmán El Bueno y el Capítulo Wamba.
El grueso de las iniciaciones en las logias del Campo de Gibraltar se produjeron sobre los años 1926 y 1927. Era una época en la que la masonería no estaba perseguida y, por tanto, no vivían en la clandestinidad. Cuenta Trafalgar que en el taller masónico convivían en hermandad todas las profesiones. Se oponían a discusiones políticas o religiosas, aunque también surgieron rencillas. Fue el caso de un alcalde saliente lerrouxista y otro entrante azañista, ambos de la logia Trafalgar. Se hacían campaña de prensa e incluso se insultaron y se agredieron en público. "Las pugnas de intereses privados comerciale entre los miembros de las logias consumieron gran parte de su energía".
Figura como curiosidad que en agosto de 1930 se celebró en el templo de la logia algecireña el casamiento de un hermano masón por los ritos correspondientes. Le siguió una Tenida (reunión masónica) y un banquete. El enlace se llevó a cabo en la logia después de hacerlo civilmente en el registro del juzgado municipal de Algeciras.
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La idea surgió de varios masones que se conocían y se embarcaron en este proyecto, que se hizo oficial el 15 de julio cuando se constituyó. A los actos de su recuperación e instalación acudieron miembros de todas las logias de Andalucía, representantes de las españolas y de Gibraltar.
Su maquinaria ya ha arrancado y pretende darse a conocer en el municipio, aunque con discreción. Sus miembros celebran reuniones cada mes y los objetivos que se han marcado es ayudar a los necesitados y la perfeccionamiento de cada uno. Para este renacimiento han rescatado la personalidad del sello anterior.
La logia Trafalgar informa que en julio de 1936 era la única que había en Algeciras. Fue en esta fecha cuando se produjo su cierre y la posterior represión a sus miembros en forma de exilio, cárcel o muerte.
La masonería tuvo su máximo desarrollo en la comarca a finales del siglo XIX con la aparición de numerosas logias. En el siglo XX, sobre todo a partir de la segunda década y hasta el comienzo de la guerra civil, se multiplicaron. Por ejemplo en La Línea llegaron a registrarse 14, en las que confraternizaban ingleses, carabineros, intelectuales y obreros. Los estrechos vínculos de los hermanos de La Línea y San Roque con la masonería británica era lógica por la cantidad de vecinos que trabajaban al otro lado de la verja.
En el siglo XIX existían en Algeciras logias como Trafalgar, Algeciras, Carvajal, Guzmán El Bueno y el Capítulo Wamba.
El grueso de las iniciaciones en las logias del Campo de Gibraltar se produjeron sobre los años 1926 y 1927. Era una época en la que la masonería no estaba perseguida y, por tanto, no vivían en la clandestinidad. Cuenta Trafalgar que en el taller masónico convivían en hermandad todas las profesiones. Se oponían a discusiones políticas o religiosas, aunque también surgieron rencillas. Fue el caso de un alcalde saliente lerrouxista y otro entrante azañista, ambos de la logia Trafalgar. Se hacían campaña de prensa e incluso se insultaron y se agredieron en público. "Las pugnas de intereses privados comerciale entre los miembros de las logias consumieron gran parte de su energía".
Figura como curiosidad que en agosto de 1930 se celebró en el templo de la logia algecireña el casamiento de un hermano masón por los ritos correspondientes. Le siguió una Tenida (reunión masónica) y un banquete. El enlace se llevó a cabo en la logia después de hacerlo civilmente en el registro del juzgado municipal de Algeciras.
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